El Parque Tepuhueico se sitúa en una zona de transición entre el bosque valdiviano y el bosque nordpatagónico, enriquecido por elementos propios de Chiloé debido a su insularidad. Dentro del parque, destacan varias formaciones boscosas: el bosque costero valdiviano, con árboles altos como el coigüe, tepa, tineo y olivillo; el bosque nordpatagónico, con especies resistentes como la lenga y el ñirre; y los tepuales, densos bosques pantanosos dominados por el tepú. Los bosques ribereños también se desarrollan en las orillas de ríos y lagos, con especies como el arrayán y la luma.
El clima húmedo y la condición prístina del parque permiten el desarrollo de capas frágiles de epífitas, líquenes y musgos, así como la conservación de bosques maduros con árboles que superan los 40 metros de altura, cuyos troncos se elevan como pilares de una catedral natural.
La flora de Chiloé tiene un profundo significado cultural. Las comunidades locales han utilizado históricamente las plantas para la medicina, la construcción y la alimentación. Muchas especies están vinculadas a leyendas y tradiciones que reflejan la relación entre la naturaleza y la identidad cultural del archipiélago.
21 nativas •
6 endémicas •
9 nativas •
6 endémicas •
Especies arbustivas:
2 nativas •
1 endémica •
11 nativas •
3 endémicas •
La extensión protegida del Parque Tepuhueico abarca múltiples hábitats que incluyen dunas, humedales, turberas y bosques, lo que permite la existencia de una rica fauna. Mamíferos, aves y reptiles se desplazan libremente por estos hábitats, sin amenazas significativas de origen humano. La continuidad y la integridad del bosque son factores determinantes para la conservación de especies amenazadas, como el huillín, el chungungo, la guiña, el zorro chilote, el pudú y el monito del monte, considerado el marsupial más primitivo del mundo.
El parque es también un refugio ideal para la observación de aves, donde especies como el chucao, el huet-huet, el concón y el carpintero habitan en la profundidad del bosque. En los humedales, se pueden observar taguas, mientras que el martín pescador es común en los ríos. La costa es hogar del pingüino magallánico, y las playas del Pacífico son un anfiteatro natural para avistar delfines chilenos y, ocasionalmente, la ballena franca austral.
115 nativas •
1 endémica •
33 nativas •
1 endémica •
9 nativas •
El Parque Tepuhueico ofrece un entorno ideal para la proliferación de hongos, gracias a la combinación de características del bosque valdiviano y nordpatagónico. Los hongos juegan un papel fundamental en el ecosistema, actuando como descomponedores principales de materia orgánica, lo que contribuye al ciclo de nutrientes y al mantenimiento del suelo.
Entre las especies destacadas en el parque se encuentran Cordyceps sp., un hongo que parasita insectos, Chlorovibrissea chilensis, conocido por su vibrante coloración, y Fistulina antarctica, también llamada lengua de vaca por su apariencia. Además de descomponedores, los hongos forman asociaciones simbióticas con las raíces de las plantas (micorrizas), mejorando la absorción de nutrientes y la resistencia de las plantas.
Los hongos también tienen un significado cultural en Chiloé, donde son considerados seres mágicos en la mitología local y se utilizan en diversas tradiciones. Uno de los hongos más curiosos es el conocido como «Caca de Trauco», relacionado con el ser mitológico.
64 nativas •
1 endémica •